Reseña- Kirby and the Rainbow Curse

Kirby and the Rainbow Curse es una adorable evolución del concepto creado por Canvas Curse en DS, y uno de los títulos con mejor uso del GamePad en el Wii U.



En un mundo donde las gráficas hiperrealistas son la norma de la industria, es refrescante tener un juego que haga uso del ya casi extinto estilo visual “claymation”. Si bien, esta no es la primera ocasión en la cual Nintendo hace de Kirby una manualidad, sí es la primera ocasión en la cual una de sus franquicias se recrea a partir de plastilina.


Así, Kirby and the Rainbow Curse se distingue desde un principio de su competencia, y, además de causarle diabetes al jugador (juro por la Lanza de Odín que Nintendo encuentra las maneras más extrañas de hacerme sonreír y emitir sonidos de colegiala emocionada), toma la fórmula encontrada en Canvas Curse y la perfecciona.



Kirby and the Rainbow Curse no se anda con rodeos a la hora de introducir su simple y escueta trama: el mundo de nuestro héroe ha sido drenado de todo color por dos tenebrosas manos flotantes, lo cual lleva a Kirby y Waddle Dee a investigar la causa del entuerto junto con su nueva amiga, Elline. No es la gran cosa, pero tampoco se puede esperar tanto de un juego de Kirby.


Fuera de algunas escenas cinemáticas esporádicas, la mayor parte de la información acerca de los personajes llegará a tus manos a través de un libro de historias, cuyas hojas podrás adquirir al final de cada nivel. Con trazos en crayón (cual dibujos de un niño) y tiernas animaciones, es prácticamente imposible no soltar un “aww” a la hora de inspeccionarlas.


Esa ternura se manifiesta en todo el apartado visual de Kirby and the Rainbow Curse; cada detalle de los entornos está moldeado con un cariño y dedicación inmensos. Desde huellas dactilares en ciertas superficies hasta la manera en la cual los enemigos se deforman al ser golpeados por nuestra bola rosa consentida, Kirby and the Rainbow Curse es un deleite visual y demuestra, una vez más, que el estilo de arte siempre ira primero que las especificaciones técnicas.


Kirby and the Rainbow Curse


En cuestión de gameplay, el título hace un buen trabajo al adaptar su estilo de juego al nivel de destreza de cada jugador. Con tres acciones básicas (trazas una línea en el GamePad para crear un camino para Kirby, tocas a Kirby para que haga un dash y dejas presionado el Stylus para hacer un Super Dash), la simplicidad de los controles permite que veteranos y novatos por igual puedan disfrutar de la experiencia a su propio paso.


Por sí solo, el concepto de Kirby and the Rainbow Curse es simple: Kirby es simplemente una bola de plastilina que rueda y rebota alrededor de los escenarios, y la única manera de controlarlo es dibujando líneas mágicas alrededor del nivel a modo de caminos que nuestro héroe usara para avanzar. La dificultad viene a la hora de atravesar los niveles, pues el juego te da una cantidad limitada de “tinta” con la cual trazar tus líneas.


Si bien, el título no tiene una dificultad muy grande, algunos de los niveles más avanzados pueden poner en aprietos hasta a los jugadores más experimentados, sin mencionar por supuesto todos los desafíos y escenarios extra desbloqueables.


La otra cara de la moneda llega en la forma de un modo cooperativo, en el cual un segundo jugador asumirá el rol de Waddle Dee, el simpático compañero de Kirby. Waddle Dee tiene la capacidad de moverse a voluntad, además de atacar a los enemigos con su lanza y cargar a Kirby para después lanzarlo cuando se le venga en gana. Los escenarios se sienten completamente diferentes cuando hay un segundo jugador en los controles, pero lo malo es que el juego también se convierte en algo extremadamente fácil, incluso durante las últimas misiones.


Kirby and the Rainbow Curse1


A pesar de todo, es ampliamente recomendable experimentar ambos modos de juego, pues la alegría de tener a un amigo o ser querido a tu lado mientras juegas y las peripecias que pueden ocurrir no tiene precio.


El soundtrack se compone de varios remixes de canciones clásicas de Kirby con algunas piezas originales entre ellas. Como siempre, las melodías alegres y movidas del juego hacen de la aventura todo un placer, y las tonadas son tan pegajosas como para hacerte silbarlas incluso horas después de apagar el juego. Los efectos de sonido son de la mejor calidad, y como extra, existe una rocola, en la cual podrás escuchar la música del juego mientras ves a un Kirby de plastilina moverse al ritmo de ella. Absolutamente adorable.


Kirby and the Rainbow Curse no es un juego demasiado largo, pero completarlo al 100% probablemente sí te llevará unas buenas 15 o 20 horas. Además de la campaña principal y el modo cooperativo, existe el modo rocola, una sección de coleccionables y otros pequeños extras que únicamente le añaden valor y dulzura a un juego de por si excelente, sobre todo al considerar su precio.


Al final del día, Kirby and the Rainbow Curse es otra gran adición al creciente catálogo de exclusivas del Wii U. Con un estilo visual precioso, un soundtrack adorable, gameplay sólido y divertido, un buen montón de coleccionables y sobre todo, muchísimo carisma y ternura, Kirby and the Rainbow Curse es un must-have si tienes un Wii U.


Pros


+Estilo visual encantador.


+Soundtrack adorable.


+Gameplay sólido y divertido.


+Buena cantidad de extras por desbloquear.


Contras


-Puede resultar algo facil para jugadores más experimentados.


-La trama se siente un tanto forzada y fuera de lugar.


Calificación: 9


ESM


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