Los métodos anticonceptivos han experimentado un gran avance durante las últimas décadas, siendo los implantes de levonorgestrel (progestina sintética) una de las modalidades más recientes y cómodas que existen. Aún así, su uso se sigue viendo limitado a solo 3 ó 5 años, tras los cuales debe ser retirado, ya sea porque se desee concebir o porque va a ser sustituido por otro, si se quiere mantener la misma condición. Esta situación sin embargo podría cambiar pronto gracias a una compañía de biotecnología de Massachusetts llamada MicroCHIPS Inc y al apoyo de la Gates Foundation (la Fundación Bill y Melinda Gates), encargada de financiar el proyecto.
Esta firma anda desarrollando un implante (de 20 x 20 x 7 mm) capaz de ser controlado de manera remota y que solo necesita ser reemplazado cada 16 años. De esta forma, el chip sería capaz de ir liberando lentamente la hormona que el cuerpo necesita para evitar la concepción, como hace el implante actual, y en el momento en el que la mujer lo desee, interrumpir su emisión para así poderse quedar embarazada -volviéndose de nuevo después a activar si se desea, ¡hey que 16 años dan para mucho!.
MicroCHIPS ya ha estado probando su sistema de 'liberación inteligente' en pacientes con osteoporosis, a los que ha evitado de tener que someterse a varias inyecciones diarias, y ahora se encuentra estudiando el tema de la seguridad y protección de los chips -imagina que alguien pudiera controlar remotamente si activar o no la emisión de hormonas. En el momento en que acaben con este capítulo, lo someterán a las aprobaciones pertinentes para su uso futuro.
Este tipo de soluciones no solo sería de empleo en el primer mundo. Los actuales implantes ya son utilizados a menudo en sectores de alto riesgo, de forma que un chip capaz de controlarse remotamente podría ser igualmente destinado a poblaciones pobres sin recursos en las que no existe una correcta planificación familiar. Las posibilidades se antojan por tanto más que interesantes.
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