Un 'hacker' ha decidido utilizar un gato para un curioso experimento. El felino se ha equipado con un collar capaz de identificar redes Wi-Fi y ha ayudado a configurar un mapa de las redes disponibles en todo un vecindario. Gracias a los datos recopilados se han podido ver las carencias de seguridad de los
vecinos a la hora de proteger sus conexiones Wi-Fi.
Recientemente se han celebrado algunos de los eventos más importantes para el mundo 'hacker'. Programadores de todo el mundo se han reunido en DefCon, un punto de encuentro en el que
se ha debatido sobre seguridad informática, avances en dicho campo y previsiones de cara al futuro. En cada edición se presentan ideas innovadoras y proyectos curiosos.
Una de esas iniciativas curiosas ha sido desarrollada por un investigador de seguridad identificado como Gene Bransfield, que ha utilizado a un gato como herramienta para su proyecto. Coco, un gato siamés de Washington DC, ha permitido realizar un mapa de la red Wi-Fi de todo un vecindario. Bransfield ha equipado a Coco con un collar especial que ha permitido identificar y mapear los puntos de acceso Wi-Fi de todo el barrio.
Gracias a la información recopilada por Coco durante sus paseos, el investigador de seguridad ha podido conocer los detalles de los puntos de acceso, recopilando datos sobre su nivel de seguridad.
El experimento desarrollado gracias a la colaboración del este felino ha demostrado que un importante número de conexiones solo estaba protegidas por claves WEP y algunas incluso ni eso.
El objetivo de Gene Bransfield ha sido demostrar las carencias de las redes Wi-Fi de los usuarios, según el portal Wired. Lo cierto es que es necesario disponer de sistemas de seguridad que mejoren la protección de las redes domésticas y Coco y Bransfield han demostrado que hay mucho por mejorar en ese sentido
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